sábado, 25 de septiembre de 2010

LA DESOLACIÓN DEL HOMBRE Y SU PECADO


LA DESOLACIÓN DEL HOMBRE Y SU PECADO

Sergio A. Domínguez T.

El hombre y su separación de  Dios, es uno de los temas en la biblia que más motiva al estudio, porque representa el inicio de un gran conflicto entre el creado (Hombre) y su creador (Dios). No solo se destaca la gran ambigüedad en ambas partes sino que también se acentúa el carácter de Dios revelado al hombre a través de su palabra y la consecuencia de no cumplirla, también se manifiesta la voluntad de Dios en salvar a la humanidad luego de su caída.
            El presente ensayo tratara de exponer una síntesis sencilla de lo que representa el pecado en el hombre y lo que esto causó y causa en su reflejo ante Dios, cuál era su imagen antes de la transgresión y después de ella y cuál fue su efecto en toda la humanidad.

1.    Definición de Pecado
Según W. E. Vine es considerado de esta manera:

es, lit., errar el blanco, pero este significado etimológico se pierde de vista en gran medida en el NT. Es el término más inclusivo de distorsión moral. Se usa del pecado como principio o fuente de la acción, o un elemento interno productor de acciones, p.ej., Rom_3:9; 5.12,13, 20; 6.1,2; 7.7, abstracto por concreto; 7.8, dos veces, 9,11,13: «el pecado, para mostrarse pecado», esto es, «el pecado me vino a ser muerte, a fin de poder quedar evidenciado en todo lo repelente de su carácter»” (1) Diccionario del Nuevo Testamento Vine


            Considerando esta definición, el pecado es una actitud antecedente que produce una acción que es opuesta a la voluntad de Dios. Por tanto el pecado tiene que ver más con la actitud que con la aptitud, aunque la aptitud influya como un instrumento que concibe acciones que producen pecado.
            Génesis 3:4-5. Se lee, “Pero la serpiente le dijo a la mujer: — ¡No es cierto, no van a morir!
Dios sabe muy bien que, cuando coman de ese árbol, se les abrirán los ojos y llegarán a ser como Dios, conocedores del bien y del mal.” En esta cita se observa que el pecado nació del deseo de ser igual a Dios y esto produjo la acción de comer el fruto. Por consiguiente el pecado cumple dos fases el deseo y la acción.

2.    El Hombre antes del Pecado

Desde el principio de la creación dios preparó un escenario en el que
El hombre seria el protagonista, estableció diversos elementos en el que Adán y Eva participarían e incluso instauró una norma a seguir por parte de la pareja para mantener la armonía entre ambas partes.
            Según la biblia el propósito del hombre en el jardín del Edén era cultivar y proteger la tierra (Gen 2:15), dando la orden de  no  comer del árbol del conocimiento del bien y el mal porque ciertamente moriría.
Es curioso saber que esa orden que recibe Adán fue antes de la creación de la mujer, sugiriendo así un gran sentido de responsabilidad del hombre con respecto al Edén, esto infiere que Adán pudo haber puesto al tanto a Eva de lo que él ya sabía.
Lewis Sperry Chafer dice lo siguiente:
“No es posible hacer cálculos en cuanto a la extensión del período durante el cual Adán y Eva permanecieron en su condición original; sin embargo, es evidente que fue un tiempo suficiente como para que pudieran acostumbrarse a la situación en que habían sido colocados, para observar con cuidado y darle nombre a las criaturas vivientes y experimentar la comunión con Dios. Semejante a todas las obras de Dios, el hombre fue creado «bueno en gran manera» (Gn. 1:31), que significa que él era agradable al Creador.”
 Concluyendo en relación a la condición del hombre antes de la caída, se notan tres puntos; que vivía en perfecta comunión con Dios,  que tenía el propósito de cuidar y cultivar el jardín y  que tenía un patrón de conducta a seguir.
3.    El Hombre después de la Caída y su efecto en la Humanidad
La caída del hombre representa el rompimiento de la comunión con Dios, lo que antes se había establecido al momento de la creación en relación al hombre y su estrecha afinidad hacia Dios se había perdido. Dios había fijado solo una ley a seguir; no comer del árbol, pero el hombre llevado por su mujer come del fruto y la desobedece.
El fruto del árbol del bien y el mal representó para el hombre sabiduría al alcance de la mano, ya que era de buen aspecto y aunado a eso la serpiente les había indicado que serian igual a Dios, ciertamente fueron igual a Dios en el sentido de tener conciencia y conocimiento del bien y el mal, es en este punto donde nace el hombre natural y es por esta razón que el hombre es expulsado del jardín.
Génesis 3:22 indica la razón especifica por la cual el hombre es sacado del Edén y es para que no extienda su mano y tome del fruto del árbol de la vida y viva para siempre. La intensión de Dios no era que el hombre viviese por siempre en esa condición sino más bien restaurarle a su estado original.
 Este es el principio del nacimiento del plan de Dios para la salvación del hombre, ya que Adán y Eva en consecuencia del pecado pasaron a ser  hombres naturales, y al cumplir con la tarea de llenar la tierra y subyugarla, producirían una generación de hombres y mujeres en su misma condición de desnudez espiritual.
Un comentarista indico lo siguiente en relación a la obra que comenzaría hacer Dios en el hombre para restaurarle:
“Adán representa cada hombre pecador que con sus obras trata de cubrir su desnudez espiritual, pero es imposible hacer eso porque el vestido de hojas no dura.  Dios puede cubrir nuestra desnudez espiritual por medio de Cristo.    El animal matado en Génesis probablemente fue un cordero o un macho cabrío, estos son animales que tipifican a Cristo.  Las pieles nos apuntan a la justicia de Cristo.”
            La muerte espiritual tiene que ver con la separación del hombre y Dios, debido a que el pecado produjo esa situación, esa fue la consecuencia principal de la caída de Adán, ahora el hombre queda bajo el dominio de Satanás quien fue el instigador a quebrantar el mandato divino y en consecuencia entra el pecado al mundo a través de la acción de un solo hombre.
            La serpiente cumplió un papel importante en el origen del pecado, fue ella quien persuadió al hombre a comer del fruto, hasta ese momento no existía el pecado, la biblia dice que el hombre había sido creado a buen manera, pero fue la intervención de la serpiente que corrompió la imagen del hombre llevándole al origen del pecado y sellándole así con la nueva conciencia que estaba experimentado.
Por lo tanto el hombre natural nace de la seducción de la serpiente hacia la desobediencia y el efecto que tuvo el fruto en cuanto a su forma de apreciar las cosas de su entorno, es por ello que cuando la pareja comienza a procrear se forma en su simiente un carácter espiritual genéticamente muerto y corrompido, dando a lugar a la  imputación del pecado a la humanidad.
 Con relación a esto Lewis Sperry Chafer opina siguiente:
“La caída de los hombres no se efectúa cuando cometen su primer pecado; ellos han nacido ya en pecado, como criaturas caídas, procedentes de Adán. Los hombres no se convierten en pecadores por medio de la práctica del pecado, sino que ellos pecan debido a que por naturaleza son pecadores. Ningún niño necesita que se le enseñe a pecar, pero cada niño tiene que ser estimulado a  realizar el bien.
            Analógicamente hablando, Dios presenta un plan para restaurar a toda la humanidad y utiliza el mismo principio que causó la corrupción del hombre, este principio es la persuasión al conocimiento del evangelio de Cristo que al ser escuchado y creído produce un nacimiento espiritual de la simiente de Dios como lo fue desde el principio, restableciendo y sellando con su espíritu lo que antes se había perdido.
            En conclusión Dios presenta ante nosotros un contexto histórico del principio de las cosas, en el que participa el hombre, la creación, la obediencia, la comunión, la oposición a Dios y las consecuencias de su desobediencia.

 En nuestro días estos principios siguen vigentes como en aquel día ya que Dios no cambia con el tiempo, pero desea que sigamos sus instrucciones y así ser participes de su hermoso plan que consiste en restablecer todas las cosas incluyendo la comunión perfecta entre Él y el hombre a través de Jesucristo.
Debemos saber que esa nueva naturaleza que nace de la voluntad divina para nuestra redención, es totalmente opuesta a la naturaleza que heredamos de los primeros padres y que por eso Dios  puso su Espíritu Santo sobre los que han creído, para que esta vez se lleve a cabo la redención completa de nuestro ser y a feliz término la obra que en un principio se manifestó en el detalle de poner a Adán y Eva ropa de piel para cubrir su desnudez.

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